Aunque el comercio unificado ofrece claras ventajas, la transición rara vez es sencilla. Muchos minoristas de moda se enfrentan a importantes retos a la hora de pasar de sistemas aislados u omnicanal a un modelo totalmente unificado.
Obstáculos para la integración
Una de las mayores barreras es la integración de los sistemas existentes en una única plataforma. Muchos minoristas siguen dependiendo de herramientas independientes de punto de venta, comercio electrónico y planificación de recursos empresariales (ERP) que no fueron diseñadas para interoperar. La migración de datos y procesos a una solución unificada requiere una amplia planificación, pruebas e inversión. De hecho, el 95 % de las organizaciones afirman tener dificultades con la integración de sistemas, lo que pone de relieve lo extendido que está este problema.
Limitaciones del sistema heredado
Los sistemas tradicionales de punto de venta (POS) y de planificación de recursos empresariales (ERP) suelen estar muy personalizados y estrechamente integrados en las operaciones diarias. Aunque estas plataformas heredadas han prestado un buen servicio a las empresas, pueden limitar la flexibilidad y no integrarse fácilmente con las modernas arquitecturas de comercio unificado, lo que dificulta el paso a un entorno totalmente conectado. Para los minoristas de moda, cuyos ciclos de producto son cortos, los retrasos en la integración de los sistemas pueden afectar directamente a las ventas y los márgenes. Las transformaciones tecnológicas fallidas cuestan a las organizaciones alrededor del 12 % de sus ingresos anuales, lo que pone de relieve los riesgos financieros que conlleva una gestión inadecuada de los proyectos de migración.
Alineación interna
Adoptar el comercio unificado requiere algo más que un cambio tecnológico; exige una alineación cultural y operativa. El marketing, la logística, las tecnologías de la información y las operaciones en tienda deben trabajar con los mismos datos y procesos. Sin una coordinación sólida, los minoristas corren el riesgo de no aprovechar las ventajas del comercio unificado. De hecho, las investigaciones muestran que más del 80 % de las iniciativas de transformación digital fracasan, a menudo debido a la falta de alineación, a problemas de liderazgo o a expectativas poco realistas.
Costes
Los costes iniciales de sustituir o reconfigurar los sistemas pueden ser considerables. Es necesario invertir no solo en la plataforma de comercio unificado en sí, sino también en la formación del personal, el rediseño de los procesos y la migración de datos. Aunque se pueden lograr ahorros a largo plazo, el gasto a corto plazo supone un obstáculo para muchos minoristas de moda de tamaño medio. En el sector minorista, los proyectos de transformación digital suelen costar entre 100 000 y 1 millón de dólares, y gran parte de esta inversión se destina a mejorar la experiencia del cliente mediante iniciativas como el marketing personalizado y las soluciones de pago móvil.
Resistencia organizativa
La implementación del comercio unificado también requiere una gestión eficaz del cambio. La migración de datos, la formación del personal en los nuevos flujos de trabajo y el establecimiento de procesos coherentes pueden generar fricciones, especialmente cuando se alteran las rutinas habituales. Para facilitar la adopción, los responsables deben comunicar el valor a largo plazo del comercio unificado y proporcionar el apoyo y la formación que los empleados necesitan para tener éxito. En última instancia, el éxito de la transición depende tanto de que las personas acepten las nuevas formas de trabajar como de la propia tecnología.
